⌚ Ya hay fecha para acabar con los segundos bisiestos ⌚

Si nada lo remedia, y no parece que vaya a ser el caso, el año 2035 será la fecha en la que se ponga fin a los segundos intercalares, ese diminuto espacio de tiempo que, de manera similar a los años bisiestos, se han agregado periódicamente a los relojes durante medio siglo para compensar la diferencia entre el tiempo atómico exacto y la rotación más lenta de la Tierra.

Pero como decíamos, estos también denominados “segundos bisiestos”, se terminarán en poco más de 10 años, según la última reunión llevada a cabo entre científicos y representantes gubernamentales reunidos en una conferencia en Francia que votaron eliminarlos en 2035.

¿La razón? Lo cierto es que, mientras que para el común de los mortales este tipo de segundos apenas tiene efecto, son un quebradero de cabeza para la Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM), responsable del Tiempo Universal Coordinado (UTC), el estándar acordado internacionalmente por el cual el mundo establece sus relojes.

Cuentan los investigadores que los segundos fueron medidos durante mucho tiempo por los astrónomos que analizaban la rotación de la Tierra, sin embargo, el advenimiento de los relojes atómicos, que utilizan la frecuencia de los átomos como su mecanismo de tic-tac, marcó el comienzo de una era de cronometraje mucho más precisa.

Ocurre que la rotación ligeramente más lenta de la Tierra significa que los dos tiempos no están sincronizados, de ahí que se introdujeran los segundos intercalares en 1972, y desde entonces se han agregado 27 en intervalos irregulares, el último en 2016.

Sea como fuere, para 2035 se permitirá que la diferencia entre el tiempo atómico y astronómico aumente a un valor superior a un segundo, según Judah Levine, físico del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de EE. UU. Además, se realizarán negociaciones para encontrar una propuesta al 2035 para determinar ese valor y cómo se manejará, según la resolución.

Por cierto, entre las posibilidades, se apunta que una posible solución al problema podría ser dejar que la discrepancia entre la rotación de la Tierra y el tiempo atómico aumente hasta un minuto. Es decir, pasaríamos a algo así como un minuto “bisiesto”.

Fuente: Gizmodo