Viajar de pie en los aviones ¿se hará realidad?

Ya lo llaman “el gallinero de los aviones”. Pensado para trayectos cortos, SkyRider es un prototipo de asiento de avión que pesa la mitad de una butaca tradicional, aun cuando incorpora el cinturón de seguridad, un bolsillo o mesa plegable en la parte posterior del respaldo y un perchero para colgar un abrigo o la cartera.

Hasta ahí, todo normal. La diferencia es que obliga a viajar casi de pie: en un asiento similar al de una bicicleta, apoyado en una barra vertical con un respaldo que no se reclina. De ahí su irónico apodo.

La idea es de la compañía italiana Aviointeriors -que lleva 40 años dedicada al diseño de asientos para pasajeros-, y busca optimizar el espacio al interior de la cabina y ofrecer tarifas aún más económicas.

El prototipo fue presentado en la última versión de la Aircraft Interiors Expo, realizada a fines de abril en Hamburgo, Alemania, y llamó la atención de los asistentes y la prensa. No tanto así de la industria: sus creadores ya habían ofrecido un modelo similar en 2008 y una actualización el año pasado.

En ambas ocasiones fue desestimado por temas de seguridad. Y todo indica que ahora podría pasar lo mismo, salvo que cambie la regulación y las compañías de bajo costo se atrevan a incorporar este diseño -Michael O’Leary, director de Ryanair, mostró interés hace algunos años. Quizás la tercera sea la vencida.

“Podría ser comercializado de forma inmediata”, aseguró la firma italiana. La única traba a superar es la distancia mínima entre asientos, exigida por la reglamentación aeronáutica.

“No creo que funcione”, afirma tajante Osvaldo Bahamondes, profesor de la Academia de Ciencias Aeronáuticas de la Universidad Federico Santa María, en Chile. Como ingeniero en sistemas aeronáuticos, piloto y especialista en seguridad de vuelo, le preocupa cuán seguros podrían ser estos asientos. “Ante una emergencia aérea, no se puede tomar la posición física para enfrentar un aterrizaje forzoso (con la cabeza entre las piernas), por ejemplo. Al reducir la distancia entre los asientos, eso se complica aún más”, opina.

En la actualidad, ese espacio es de 2.3 pies como mínimo. El proyecto de Aviointeriors lo deja en 1.9 pies. “En el accidente del avión ruso -unas 41 personas murieron tras un incendio en un vuelo de Aeroflot- se vio que incluso la distancia actual generó dificultad para evacuar a los pasajeros”, advierte Bahamondes.

En 2018, la Administración Federal de Aviación (FAA, por su sigla en inglés) declinó modificar la distancia reglamentaria. Según la agencia, “el ancho y distancia de los asientos, incluso en combinación con el aumento del tamaño del pasajero, no obstaculizan la velocidad de una evacuación”.

Precisamente, con una población cada vez con más sobrepeso y obesidad, el tema no es menor. Erin Bowen, directora del Departamento de Ciencias Sociales y de Comportamiento de la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle, en Estados Unidos, ha estudiado cómo se comporta la gente ante una emergencia aérea y le preocupa que estos nuevos asientos no ofrezcan la seguridad mínima. “Los estándares de evacuación fueron establecidos en 2006, cuando los aviones tenían menos asientos. Hoy tienes pasajeros que se han hecho más grandes y asientos que se están acumulando en pasillos cada vez más estrechos”, ha dicho.

El tema de la comodidad tampoco puede quedar en el aire. SkyRider está pensado para trayectos de no más de 90 minutos. “El impacto sobre la salud no debería ser tan importante, salvo que el viaje se extienda por más tiempo”, opina Rodrigo Pinto, especialista en ergonomía de la Asociación Chilena de Seguridad (AChS). En tal caso, “se podrían ver afectadas la zona lumbar y las piernas al mantener una flexión sostenida”.

El problema, agrega, se puede agravar según la estructura corporal del pasajero, en aquellos con obesidad o muy altos, por ejemplo. Aviointeriors asegura que se podrá regular la altura del asiento para niños o según la estatura de la persona.

Asimismo, la compañía plantea que este tipo de asientos tiene un costo de mantenimiento bajo y su instalación no requiere una modificación estructural de la cabina, pero sin duda habría que reacomodar la altura de las ventanas, dicen los expertos.

Fuente: El Mercurio / GDA