Restaurante “coloca” en marihuana a las langostas antes de cocinarlas

En algún momento de los últimos meses, Charlotte Gill, la propietaria del restaurante Charlotte’s Legendary Lobster Pound en Maine, imaginó que sus langostas preferían morir bajo los efectos de la marihuana. “Es más humano”, comenta. ¿Es eso posible?

Tal y como ha explicado al Mount Desert Islander, Gill ha buscado un insólito final para las langostas que sirve en su restaurante. “El animal ya va a morir, así que es mucho más humano hacerles un pasaje más amable”.

Para ello, la mujer ha inventado un método casero, algo así como meter al “baño maría de marihuana” a la langosta. Según explicó al medio sobre la primera “pieza” experimental que llamó Roscoe:

En el primer experimento para probar el efecto del cannabis en las langostas, la langosta Roscoe se colocó durante unos minutos en una caja cubierta con aproximadamente dos pulgadas de agua en la parte inferior. El humo de la marihuana fue soplado en el agua en el fondo de la caja. A Roscoe la devolví más tarde al océano como agradecimiento por ser el crustáceo experimental.

Gill, además de dueña del restaurante, tiene licencia para plantar marihuana, y ha explicado que Roscoe parecía más relajado después de que estar con el humo del cannabis. Obviamente, lo que no está tan claro es que la langosta en realidad estuviera bajo los efectos de nada.

Y es que el THC, el compuesto del cannabis responsable de “colocarte” es soluble en grasas, no en agua. Esto significa que se une a las grasas y no al agua, por lo que es poco probable que el agua infundida con marihuana tenga algún efecto sobre las langostas (y también es la razón por la que beber agua de un bong no hace efecto alguno).

En cualquier caso, tampoco está claro que las propias langostas tengan receptores cannabinoides. Se sabe que los mamíferos sí, en cambio, los invertebrados no han mostrado evidencia de tener estos receptores.

Mientras, Gill sigue empeñada en darle una muerte más “humana” a sus langostas y ha establecido tanques especiales dedicados a “sedarlas” antes de que estén preparadas para sus clientes, aunque eso sí, solo a petición de estos.

Por cierto, la mujer insiste en que las langostas que han estado expuestas a un poco de THC son mucho más sabrosas.

Fuente: Gizmodo