En China, una nueva tendencia ha generado controversia: máquinas expendedoras que venden animales.
Estas máquinas, ubicadas en centros comerciales y estaciones de tren, ofrecen pequeñas mascotas como tortugas, peces y cangrejos ermitaños en cápsulas de plástico.
Mientras algunos consideran esta práctica una forma conveniente de adquirir una mascota, muchos otros la critican por ser cruel y poco ética.
Las redes sociales se han llenado de debates y opiniones divididas, con defensores de los derechos animales exigiendo la retirada de estas máquinas.
La polémica está servida, y la discusión sobre el bienestar animal está en pleno apogeo.