No es la primera vez que vemos un dron con una función pensada para seguir a una persona mediante GPS, pero Lily es de los pocos diseñados con la facilidad de uso en mente. Este simpático dron es completamente automático. Para que te siga y te grabe o saque fotos solo hay que llevar un pequeño localizador.
El localizador no solo sirve para enviar al dron nuestra posición. También integra un acelerómetro y sensores de posición para determinar nuestra velocidad y trayectoria, y así poder ajustar la del vehículo en consonancia. Para hacer despegar el dron basta con echarlo al aire casi como si echáramos a volar un pájaro.
Lily no tiene mando. En su lugar podemos cambiar la configuración o darle órdenes sencillas desde una aplicación para smartphones o desde cuatro botones en el propio localizador. Entre esas órdenes está, por ejemplo, aterrizar. Como sigue la señal del localizador, el dispositivo simplemente desciende con suavidad hasta nuestra mano.
Tanto el localizador como el dron son resistentes al agua en grado IP67. Las baterías ofrecen una autonomía de vuelo de 20 minutos. Cuando no lo usemos, puede plegarse hasta un tamaño de 26x26x8 cm que cabe muy bien en una mochila.
En cuanto a la grabación, Lily integra su propia cámara capaz de grabar vídeo en 1080p a 60FPS, o en 720p a 120FPS. Las fotografías tienen 12 megapíxeles. Todos los contenidos se almacenan en una tarjeta MicroSD. Como último detalle, el localizador también integra el micrófono que graba el audio de nuestros vídeos, de manera que podemos locutar nosotros mismos los vídeos o hablar durante la grabación aunque el dron esté lejos.
El dron nos sigue a una distancia mínima de 175 cm y máxima de 30 metros. Desde el smartphone podemos configurar sus parámetros de vuelo para que nos siga desde un punto determinado, o para que lo haga a lo largo de una trayectoria definida. Lily llegará al mercado como muy tarde en febrero de 2016, y es caro. Su precio será de 999 dólares. Los que lo reserven ya en su página web pueden hacerse con uno por 499 dólares.
Fuente: GIZMODO