En Nueva Orleans a las colillas se les da un buen uso.
Los primeros de 50 receptáculos para reciclar colillas se instalaron el lunes en una esquina del centro. Los impulsores del programa dicen que Nueva Orleans es la primera ciudad del país en participar en una iniciativa de reciclaje a gran escala de este tipo, lanzada el año pasado en Canadá.
TerraCycle Inc., empresa de Trenton, Nueva Jersey, desarrolló el programa en el 2012. Los primeros receptáculos se colocaron en Vancouver, Columbia Británica, en noviembre del 2013.
“Hemos recolectado 25 millones de colillas desde noviembre del 2012”, dijo el portavoz de la empresa, Albe Zakes, quien agregó que la compañía está en negociaciones con las autoridades de Toronto, Sidney, Tokio, Phoenix y Atlantic City, Nueva Jersey.
Funcionarios del Distrito de Fomento del Centro de Nueva Orleans dijeron que no tuvieron dudas de sumarse al programa. Los fumadores se acercan a los receptáculos de basura en las esquinas y a las bancas públicas para su dosis de nicotina, y todavía se permite fumar en bares que no sirvan alimentos. La zona del centro de la ciudad está a pocas cuadras del Barrio Francés y en ella está el enorme Harrah’s Casino.
Eso suma muchas colillas.
Kurt Weigle, presidente del Distrito, dijo que en un día del 2011 se barrieron casi 7.000 colillas en el centro.
Según TerraCycle, se le pagará a Nueva Orleans 4 dólares por cada 0,5 kilos (libra) de colillas recolectadas.
Los materiales orgánicos como el tabaco y el papel se procesan como abono.
Pero el filtro de los cigarrillos, aunque tienen aspecto de ser de fibra, es de acetato de celulosa, un plástico, por lo que hay que molerlo y eliminar las toxinas con rayos gamma, dijo Zakes.
“Es el mismo proceso que se usa con los pescados y carnes para asegurar que no tienen biocontaminantes, así que es seguro”, dijo Zakes.
Los filtros entonces se convierten en granulado plástico para uso industrial, de la misma manera en que se reciclan las botellas, explicó Zakes.
“Sólo usamos ese granulado para aplicaciones industriales. No fabricamos productos al consumidor con este material, en lo fundamental por el estigma de las colillas”, agregó.
Frente a un bar restaurante ubicado a una cuadra de donde se instaló el primer receptáculo el lunes, Ryan Schumacher, de 23 años, dijo mientras fumaba que el programa puede ayudar a eliminar algunos “malos hábitos”. Schumacher dijo que él es uno de muchos fumadores que arrojan las colillas al suelo.
Weigle dijo que espera que los receptáculos ayuden a mantener el centro limpio y a impulsar la conciencia ambiental.
Fuente: AP