Controlado aunque no apagado el incendio en el Barcelona, el fútbol se abre paso a empujones y llega la hora de comprobar hasta qué punto llega la tregua entre Luis Enrique y Messi. Más aún, cuál es la posición del entrenador frente a la hinchada y, también, la reacción de la plantilla en pleno ante el divorcio al que asiste en el vestuario.
De entrada, Messi fue citado por el técnico para el partido de esta noche frente al Elche y eso se contempla como un freno en esta guerra abierta entre ambos, negada por el presidente y el mismo Luis Enrique, pero evidente a ojos de todo el mundo.
Paralelamente, la prensa británica se hizo hoy eco del caso Messi y su posible fichaje por el Chelsea se convirtió en noticia de portada. Tal y como avanzó ayer ESPN, Roman Abramovich está dispuesto a acometer la operación siempre y cuando sea el propio jugador argentino quien dé el primer paso. El club de Stamford Bridge intenta evitar cualquier clase de conflicto institucional con el Barcelona y solo entrará (entraría) en el escenario cuando recibiera la señal desde el entorno del crack.
Y mientras, en Barcelona la calma tensa le gana terreno a cualquier otra expectativa. El apoyo al futbolista argentino es mayoritario aunque existe la sensación de que no es lo absoluto que podría pensarse entre los aficionados. Son pocos los que empiezan a mostrar hartazgo pero los hay, aunque en esta guerra abierta con Luis Enrique el entrenador lleva todas las de perder porque, precisamente, su apuesta futbolística no ha calado entre esa misma hinchada que asiste incrédula a los bandazos que observa en los planteamientos del equipo.
El técnico, que conversó ayer con el presidente Bartomeu y con el capitán Xavi, rebajó el nivel de tensión en el vestuario y convocó a Leo para el partido de Copa frente al Elche. Su ausencia, tras los últimos acontecimientos, habría supuesto una auténtica bomba de relojería y dado paso a un escenario no deseado en ningún caso.
Falta por ver de entrada la reacción de la afición que asistirá esta noche al Camp Nou (no se espera una gran entrada) y el nivel de apoyos que puedan recibir por un lado el entrenador y por el otro la estrella, dándose por hecho que Bartomeu recibirá más abucheos que otra cosa.
Al final, el fútbol dictará sentencia. Los goles que se marquen, el juego que se vea, pueden aparcar tensiones. Al menos de momento.
Fuente: ESPN Deportes