Melissa Sloan, de Gales, desafía las normas con su fascinación por los tatuajes, acumulando más de 800 en su piel.
Desde su primer tatuaje a los 20 años, su colección no ha dejado de crecer.
Aunque enfrenta dificultades para encontrar empleo debido a su apariencia, Melissa se mantiene fiel a sí misma.
“Tatuarme es una forma de expresión gratuita”, comparte.
A pesar de las miradas de desaprobación y rechazo, su determinación no flaquea.
“Nunca pararé”, afirma, desafiando los límites convencionales de la decoración corporal.