🦀 Hacer baterías con caparazones de cangrejo puede ser una gran idea 🦀

El mundo podría crear baterías más sostenibles con una fuente inusual: los crustáceos. En un artículo publicado la semana pasada en la revista Matter, los investigadores dicen que han fabricado una batería biodegradable con una sustancia que se encuentra en los caparazones de cangrejos y langostas.

Una parte crucial de la forma en que funcionan las baterías es una sustancia electrolítica que se encuentra entre los dos terminales eléctricos en cada extremo, lo que ayuda a que los iones se muevan de un lado a otro entre los terminales con carga positiva y negativa para generar electricidad. Las baterías convencionales se basan en plomo o litio (por ejemplo, baterías de plomo-ácido y baterías de iones de litio), pero estas baterías presentan una serie de problemas.

Vamos a necesitar una gran cantidad de baterías para dejar los combustibles fósiles, pero las sustancias electrolíticas tradicionales traen consigo una serie de problemas nuevos: pueden ser increíblemente complejos de reciclar, los electrolitos no son biodegradables y pueden ser peligrosos. por derecho propio, a veces explotando o provocando incendios. En el caso de las baterías de litio, también hay un problema con las prácticas mineras destructivas con las que el mundo puede tener que involucrarse para obtener suficiente litio para nuestras necesidades energéticas proyectadas.

Entran crustáceos. Los cangrejos y las langostas tienen un material en sus exoesqueletos llamado quitina, que les ayuda a mantener sus caparazones duros y fuertes. La quitina también se puede convertir en un derivado llamado quitosano, que los investigadores combinaron con zinc para crear una nueva sustancia electrolítica para alimentar una batería que, según dicen, sigue siendo casi totalmente eficiente en energía después de 400 horas de uso. Además, a diferencia de los electrolitos de las baterías tradicionales, esta sustancia pegajosa de cangrejo se descompondrá en el suelo en unos cinco meses, dejando atrás el zinc, que se puede reciclar.

Fuente: Gizmodo