El panorama es el siguiente. Por un lado, Google tiene Wear OS medio abandonado, lo que desincentiva a los fabricantes de relojes inteligentes y a los consumidores que quieren hacerse con un smartwatch como complemento de sus teléfonos Android. Por otro lado, Samsung no consigue que los desarrolladores de aplicaciones se interesen por Tizen (no sin pagarles, quiero decir) para mejorar el ecosistema de sus potentes relojes Galaxy Watch y competir mano a mano con el Apple Watch.
Para solucionar este problema, Google y Samsung han decidido unir fuerzas y colaborar en el desarrollo de una nueva versión de Wear OS. La consecuencia inmediata de este acuerdo es que los relojes de Samsung abandonarán Tizen y pasarán a usar el sistema operativo Wear de Google, algo que no pasaba desde el lanzamiento del Galaxy Gear Live en 2014.
El nuevo Wear optimiza las capas más bajas del sistema para abrir las aplicaciones un 30% más rápido y reducir el consumo para que el sensor de ritmo cardiaco o el seguimiento del sueño puedan funcionar durante todo el día (algo en lo que también entran en juego los nuevos procesadores para relojes inteligentes con núcleos de alta eficiencia). Wear también incluirá nuevas aplicaciones de Google, como YouTube Music con reproducción offline, y actualizaciones para las ya existentes, como navegación paso a paso en Maps.
Fuente: Gizmodo