El puente japonés imposible que ves en tantos virales tiene una explicación muy sencilla

Finalizado en 2004 sobre el lago Nakaumi, el puente Eshima Ohashi no es apto para conductores nóveles; o eso cuentan las historias virales que llevan años circulando por Internet, siempre acompañadas de imágenes y vídeos de su verticalidad imposible. En realidad, no es para tanto.

A ver, no me malinterpreten. La obra tiene varios récords: es el puente de marco rígido más grande de Japón y el tercero más grande del mundo. Su forma de arco se debe a la necesidad de que los barcos de pesca puedan pasar por debajo, y su notable inclinación es el resultado de su elevación.

Pero su inclinación no es, ni por asomo, tan escalofriante como se ve en las fotos. El puente mide casi 2 kilómetros de largo y alcanza los 45 metros de altura. Es un largo camino por recorrer para los conductores que lo suben y bajan cada día, pero no tienen que hacerlo en primera ni sienten un vuelco en el estómago como si viajaran en una montaña rusa.

Lo cierto es que el puente tiene una inclinación de un 6,1% del lado de la prefectura de Shimane y de un 5,1% del lado de la prefectura de Tottori. Por compararlo con algo, esta calle de Los Ángeles tiene una pendiente del 32%. El puente es mucho menos intimidante visto desde otra perspectiva:

Las imágenes que vemos en tantos virales no son más que una ilusión óptica. El puente se ve casi vertical porque está fotografiado en ángulo recto, desde una distancia considerable y con un teleobjetivo, lo que aplana la perspectiva. Es un tipo de distorsión que también se ha usado para fotografiar algunas de las calles más inclinadas de California con el mismo resultado. En realidad, conducir por el puente Eshima Ohashi es una experiencia tranquila y sin sobresaltos, excepto por los embotellamientos.

Fuente: Gizmodo