Juan Carlos Macías se encuentra bien y este lunes 14 de mayo del 2018 se hará chequeos médicos para descartar cualquier enfermedad. El árbitro guayaquileño de 35 años sufrió un desmayo este domingo 13 de mayo en la cancha del estadio Alejandro Serrano Aguilar.
Hubo unos 9 000 espectadores. Macías fue designado como asistente 1 del partido entre Deportivo Cuenca y Barcelona Sporting Club. A los 4 minutos, tras insistentes llegadas del equipo local, el balón se trasladó al medio campo y el juez siguió la jugada. Es allí cuando se desplomó de manera inesperada y asustó a los presentes. Él tiene 10 años como árbitro profesional.
Los paramédicos y el cuerpo médico de ambos clubes lo asistieron y el primer diagnóstico determinó una baja de presión. “Estamos bien gracias a Dios. En el estadio me hicieron pruebas de presión, de azúcar, y como resultado fue una descompensación. Por eso fue el desmayo”, aseguró a este Diario.
También contó que se le recomendó descanso y que hoy se hará exámenes médicos para descartar cualquier situación que vaya en contra de su salud. “Es la primera vez que me ocurre algo así, yo estaba dispuesto al trabajo como siempre”, expresó Macías, quien llegó a Cuenca el sábado 12 de mayo por la tarde.
Fue reemplazado por el cuarto juez, René Marín. El partido se paralizó cinco minutos y en la reanudación del juego Macías se quedó como cuarto árbitro. En el segundo tiempo, para evitar cualquier contratiempo, el cuencano Luis Quiroz llegó al escenario para ocupar el puesto de su colega.
Nelson Cobos, exmédico del Deportivo Cuenca, explicó que pudo ser una descompensación hemodinámica. Hay que saber cómo estuvo sus signos vitales, su frecuencia cardiaca, su estado de conciencia, su tensión arterial… “La descompensación se puede considerar que no se está irrigando bien la sangre en diferentes partes del cuerpo”.
A criterio del galeno, frente a cualquier pérdida de la consciencia sin ningún traumatismo dentro de un escenario deportivo, “siempre debe realizarse exámenes complementarios para saber qué sucedió frente a un riesgo de muerte súbita”.
Fuente: El Comercio