Solo han pasado 15 días desde que el Barcelona perdiera en Anoeta y la estabilidad del club azulgrana saltara por los aires. Se convocaron elecciones, se cuestionó a la plantilla, la relación del vestuario y la continuidad de Luis Enrique.
Dos buenos partidos de Leo Messi acompañados de dos victorias contundentes (Atlético y Deportivo) han servido para apagar momentáneamente el fuego y soñar, si Leo sigue en este estado de forma, con que el Barcelona puede ganar las tres competiciones que disputa. Algo impensable hace dos semanas.
1. El pique con Luis Enrique le ha motivado para eludir culpas
La relación entre Messi y Luis Enrique no era buena antes y no lo es ahora. Al argentino no le gustan los métodos del asturiano ni la forma de dirigirse a los jugadores, pero lo que tiene claro es que no quiere que le culpen de su destitución. La Pulga quiere darlo todo para que el día que la Directiva le comunique a Luis Enrique que ya no es el entrenador del Barça nadie pueda echarle en cara que él le ha hecho la cama.
Desde el envite en Anoeta, Messi ha experimentado un gran cambio en su juego, en su rendimiento y en sus números. “Messi es Messi, lleva 19 goles en la Liga y algunos decían que estaba mal. Creo que todo esto está fuera de discusión”, explicaba Julio Salinas. Pero al margen de las críticas a las que hace referencia el exfutbolista, lo cierto es que desde que salieron a la luz pública sus diferencias con Luis Enrique, su rendimiento ha dado un vuelco y su compromiso en el terreno de juego parece haber crecido. Curiosamente, Messi parece empeñado en salvarle la cabeza.
2. La lucha con CR7 es una motivación extra
Si hay algo que no soporta Messi es perder, aunque sea al dominó. Por eso, en cuanto Cristiano Ronaldo ganó el Balón de Oro hace unos días, los aficionados del Barcelona empezaron a frotarse las manos porque sabían que era el acicate que necesitaba el argentino para tratar de recuperarlo y ganarlo el próximo año.
Y solo hizo falta que, además, el portugués del Real Madrid le retara asegurando que su objetivo era alcanzarle para despertar el animal que Messi lleva dentro. La Pulga suma cuatro Balones de Oro, que ganó de forma consecutiva gracias al gran papel del Barcelona tanto en la Liga española como en Europa. Cristiano Ronaldo ha entrado en el reducido grupo que lo ha conquistado tres veces y Messi no piensa permitir que le iguale.
Para ello, el futbolista azulgrana sabe que para volver a la cima del fútbol mundial, en un año en el que no está el escaparate del Mundial, todo pasa por realizar una gran temporada para conquistar títulos. Y a ello se ha puesto ya.
“Leo ha atravesado situaciones personales que le han afectado y estar siempre al cien por cien es imposible, pero ahora parece haber recuperado la forma a la que nos tiene acostumbrados”, explica Ramón Alfonseda, exfutbolista del Barça y presidente de la Asociación de veteranos del club culé. La carrera de Leo por el Balón de Oro ya ha empezado.
3. La Directiva la arropa incondicionalmente
Uno de los descontentos que ha expresado veladamente Messi es que no estaba arropado por el club, al igual que aseguró que las últimas críticas e informaciones habían salido de Barcelona, no de Madrid. Conscientes de que Messi tiene el apoyo y respaldo del público, la Directiva no se lo ha pensado dos veces y se ha volcado en tratar de que recupere la zona de confort que le hacía feliz. Bartomeu ya ha hablado varias veces con él desde que sucediera el incidente de Anoeta y sabe que el cambio de entrenador es una de las premisas para garantizar la felicidad de Messi en un año electoral.
Porque el hecho de que este próximo verano haya elecciones también es un punto a tener en cuenta y mucho más si recordamos que la sanción impuesta por la FIFA al Barça impide al club fichar este verano. es decir, que Messi se tiene que quedar sí o sí y además, que se quede contento. Julio Salinas añade a este punto que “Messi para ser feliz necesita ganar títulos y el Barça este año puede ganarlos todos, está muy vivo”.
4. Su ubicación en la derecha descoloca a los rivales
Acostumbrado a jugar de falso nueve o como referencia en el ataque azulgrana, se hacía impensable que Messi regresara a la banda derecha en la que empezó jugando con Guardiola. Precisamente, salir de esa posición coincidió con la explosión goleadora del argentino.
No obstante, en los últimos encuentros, La Pulga ha regresado a sus orígenes y empieza los partidos en la derecha. Prefiere dejarle a Luis Suárez la potestad de erigirse como referente en el centro de la delantera, lo que descoloca a los rivales.
No obstante, el argentino goza de una libertad total sobre el terreno de juego y es habitual verle por todo el campo y en ambas bandas. En función del juego del rival y de cómo se desarrolle el partido no es extraño verle retrasar su posición en búsqueda de más protagonismo.
“Luis Enrique necesitaba tiempo para imponer sus ideas y su sistema, y parece que ahora ya lo ha conseguido”, celebra Alfonseda, ex futbolista del Barça y presidente de la Asociación de veteranos.
5. Entendimiento con ‘Ney’ y Suárez, que juegan para él
Una de las claves del buen rendimiento que está ofreciendo Messi es el entendimiento que tiene con Neymar y Luis Suárez. Ambos trabajan para el equipo y juegan para el argentino. No ansían el gol, sino que prefieren la asistencia. Messi lo agradece y el equipo se beneficia.
Francisco Cabezas, jefe de deportes en Cataluña de El Mundo, realiza un análisis: “Si algo han entendido tanto Neymar como Luis Suárez desde que están en el Barcelona es que su buenaventura pasa por entenderse con Messi, tanto dentro como fuera del campo. Y lo han logrado con creces. El argentino, sin la necesidad de rivalizar con sus compañeros de ataque tal y como ocurría con Ibrahimovic, Villa o Eto, se está beneficiando de la generosidad del brasileño y el uruguayo, siempre pendientes de los movimientos de Leo. Asociarse con el mejor solo puede reportar beneficios. Individuales y colectivos”.
Y Messi, si está contento en el campo, se vuelve generoso.
Fuente: MARCA.COM