Tenemos el material más blanco, el más negro, ahora tenemos el más brillante, tanto que emite su propia luz en la oscuridad sin necesidad de baterías o LEDs. Entre sus aplicaciones no está solo el hacer objetos que brillan en la oscuridad. Puede revolucionar la fotografía médica, la energía solar y los láser.
El material se llama SMILES, acrónimo para láminas de aislamiento iónico de moléculas pequeñas (small-molecule ionic isolation lattices) y se puede aplicar tanto sobre objetos sólidos como sobre líquidos.
Los profesores Amar Flood y Bo Laursen, de las Universidades de Indiana y Copenhague, han combinado el tinte fluorescente con una solución incolora de Cyanostar, una sustancia compuesta por macromoléculas en forma de estrella que mantiene alejadas a las moléculas de tinte, impidiendo que se apilen e interfieran entre ellas.
Cuando la mezcla se solidifica, sus propiedades ópticas permanecen intactas. El material resultante forma cristales que pueden ser convertidos en sólidos similares al metacrilato, aplicados como pintura o en forma de película.
Fuente: Gizmodo