Aerolínea lleva 30 años en funcionamiento pero nunca ha llevado a un solo pasajero

Esta es la historia de la, posiblemente, peor aerolínea, al menos de las que supuestamente están en activo. También es el relato de un cúmulo de malas decisiones y algo de mala de suerte. Todo ello en conjunto da como resultado Baltia Airlines, la aerolínea que jamás ha volado.

Para ser honestos, Baltia hoy no es Baltia, lo fue durante 27 años hasta hace tres años cuando cambió de nombre, aunque como veremos, con idéntico resultado: no ha logrado volar con un solo pasajero. Ni uno. Y, por tanto, no ha logrado generar un solo euro de ingresos. Por contra, ha acumulado una deuda de casi 120 millones de dólares hasta la fecha.

Para entender lo ocurrido hay que remontarse al año 1989, momento en que Igor Dmitrowsky, un inmigrante letón, tiene una idea que debía hacerle inmensamente rico. El hombre funda Baltia con una propuesta insólita: ofrecer vuelos sin escalas desde Nueva York al Aeropuerto de Puklovo en San Petersburgo.

Para ello, Dmitrowsky vende su compañía de distribución de productos lácteos y consigue juntar a un gran grupo de inversores. En mente también tenía planes para añadir más rutas a Bielorrusia, Estonia, Ucrania y Georgia desde el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy. Hasta aquí todo más o menos normal. Incluso el Departamento de Transporte de Estados Unidos le otorgó permiso para volar a San Petersburgo y Riga en 1991.

Sin embargo, el primer problema lo encontró a través de la FAA, el regulador aéreo de Estados Unidos no le concedió la certificación para operar, así que durante casi tres décadas, la aerolínea ha reprobado la evaluación de la FAA en hasta siete ocasiones, y según cuentan, las preocupaciones giraron siempre en torno a la capacidad de proporcionar evacuaciones de emergencia seguras.

¿Qué hizo Igor? Trasladar sus operaciones a Michigan, aunque tampoco funcionó. El Departamento de Transporte le dio a la aerolínea autorización para volar tanto a Leningrado como a Riga… para finalmente revocar las rutas en 1998. Mientras tanto, su flota tampoco era una fuente de confianza.

Desde 1998 consistió en un ex Cathay Pacific Boeing 747-200, en 2009 compró un antiguo Boeing 747 de Pakistan International Airlines sin motores (que luego fue desechado), y en 2011, un antiguo Boeing 747 de Northwest Airlines que pintaron con los colores de Baltia.

El siguiente paso de la aerolínea fue intentar alquilar una aeronave más moderna y eficiente en el consumo de combustible con el fin de obtener finalmente un certificado con el que operar. Baltia dijo entonces que esperaba que el avión nuevo “condujera a la emisión de un certificado operativo en el menor tiempo posible”.

¿Qué ocurrió? Que firmó para alquilar un avión 767-300, pero finalmente luego decidió limpiar todo rastro de lo que fue y comenzar de cero. Así, en 2016 y después de innumerables contratiempos, la aerolínea llevó a cabo su último intento por lograr el sueño de Igor: que un pasajero pague y el avión despegue de tierra. De esta forma pasaron a llamarse USGlobal Airways.

Con el nuevo nombre presentaron una nueva solicitud para un certificado de la FAA esperando la aprobación para poder vender vuelos que se realizarían entre Estados Unidos y ciudades como París, Niza o Barcelona. También cambiaron su sede central al Aeropuerto Internacional Stewart en el Condado de Orange, Nueva York. Según dijo entonces Anthony Koulouris, director general y consejero delegado de USGlobal Airways:

Esperamos recibir la aprobación y certificación regulatoria del gobierno de Estados Unidos en un futuro no muy lejano para servir rutas internacionales desde y hacia el Aeropuerto Internacional Stewart que actualmente están mal atendidas o no cuentan con los servicios suficientes.

Hoy, 2019, la aerolínea sigue teniendo grandes esperanzas de convertirse en la “primera aerolínea internacional y centrada en el cliente” de Estados Unidos, como indica su sitio web. Sin embargo, la certificación como aerolínea de la FAA sigue sin llegar.

Fuente: Gizmodo