Adiós a Bernard Fougères, un ícono dentro y fuera de la televisión

Dicen que la mayor riqueza de un hombre se puede medir en la cantidad y calidad de amigos que tiene. Y hasta en su última morada quien goce de esa riqueza habrá dejado una huella importante en la vida de quienes lo rodearon.

Familiares, amigos, compañeros y televidentes que crecieron viéndolo en la pantalla chica se despidieron del periodista francés, aquel hombre con su acento extranjero aún marcado, que al recordarlo evoca recuerdos de una infancia feliz, de convivencia familiar y que si tuvo la dicha de conocerlo, de admiración.

En la Sala Exclusiva 2 de la Junta de Beneficencia de Guayaquil seguidores de quien fuera el conductor de El Show de Bernard, en Ecuavisa, compartían en los pasillos y en la sala sus recuerdos con Bernard.

“Almorzaba con él, llegaba del colegio y me sentaba a ver su programa junto a mi familia. A pesar de que por más de 40 años lo vi en la pantalla fue un hombre a quien admiraba mucho por sus enseñanzas. Cuando me enteré fue muy duro”, dijo Matilde Muñoz, una de las asistentes a su sepelio.

Sus hijas, nietas y familiares cercanos compartieron, pese al dolor de la pérdida, momentos vividos con el fanático más leal de Mafalda. “Desde que era una niña mi papá siempre me habló abiertamente de la realidad de la vida. Le agradezco a mi padre porque me dio conciencia y me enseñó a ser agradecida con las cosas que tengo”, dijo Michelle Fougères.

Su nieta Cloe Silva le dedicó una canción que representaba, dijo, la personalidad de su abuelo. Fly me to the moon (Llévame a la luna) se refería al viaje que Bernard había realizado a lo largo de su vida. “Fue un hombre que siempre viajó a la luna en sus pensamientos”, dijo Carlos Ycaza, amigo cercano y editor de esta sección y La Revista de EL UNIVERSO.

“A pesar de que nunca lo conocí en persona, lo amaba mucho”, esa fue la frase con la que María Guerra, seguidora de su show lo recordó. Con ella coincidió Ana Beltrán, quien desde que era niña siguió la carrera del presentador. “Su forma de expresarse, el brillo de los ojos eso fue lo que me cautivó de aquel hombre francés que a pesar de no ser ecuatoriano logró conquistarnos”, añadió.

Gino Molinari lo recordó como el único hombre que coleccionaba mariposas. “Era fascinante como Bernard amaba la vida y la naturaleza, entre ellas las mariposas.

Fuente: El Universo