Soy Gilberto Santa Rosa y tengo 55 años. Nací en Santurce, Puerto Rico. Comencé en la música desde muy pequeño, luego pasé a formar parte de orquestas como Puerto Rico All Stars, la de Tommy Olivencia y la de Willie Rosario. A los 24 años inicié mi carrera como solista. A inicios de los 90 mi música llegó hasta el Perú con el tema “Perdóname”. He hecho teatro y también escribo columnas en el diario Primera Hora.
“Perú es un país salsero”, nos dice Gilberto. Y razón no le falta, sino miremos a las miles de personas que se dan cita cada vez que el sonero visita nuestro país. Ahora, Gilberto Santa Rosa se presentará este sábado en el Jockey Club como parte de su gira “40 y contando”, en la que estará acompañado de Tito Nieves, Luis Enrique, Andy Montañez, Ismael Miranda y más. Previo a ese show, el cantante nos atiende por teléfono desde Cali, Colombia.
¿Cómo se resumen 40 años de carrera artística?
Para mí, es una montaña rusa. Llena de emociones, de diferentes velocidades, de mucha intensidad y, al final, de mucha satisfacción. Son 40 años que he disfrutado mucho, que he tenido que trabajar duro, que he visto el fruto de mi esfuerzo, que he estado rodeado de gente muy talentosa y que ha ayudado que estos 40 años se cumplan. Y la conexión con el público que es muy importante también.
El cartel de “40 y Contando” está a la altura de cualquier festival internacional de Salsa, ¿no?
No puedo dejar pasar la oportunidad para, primero, agradecer a todos los que me van a acompañar en este concierto. Y sí, son eventos que se dan, tanto en Perú como en otros lugares, y que tienen este tipo de cartelera. Mi aniversario se viste de gala, primero porque estaremos en Lima y segundo, por esta calidad de artistas. Todos son amigos míos, conseguí un muy buen grupo de artistas. La camaradería va a estar a la orden del día.
Muchos fanáticos se preguntan por qué no estará Víctor Manuelle en este concierto, teniendo en cuenta que usted es su descubridor
Sí, creo que tiene unos compromisos en Perú cerca. Entonces fue un tema de su propia agenda. Víctor y yo siempre estamos cerca y yo sé que él estuviera muy contento de participar, pero en este caso ha habido un asunto contractual que él ya tenía.
¿Comparte los comentarios que dicen que un cantante de salsa tiene que ser sonero (improvisar en el escenario)?
Entendiendo el término ‘sonero’ como un cantante que puede improvisar, yo difiero con el hecho de que si uno no tuviera esa capacidad, eso le quite importancia como intérprete. Pienso que hay intérpretes muy buenos, con una energía increíble y que pueden interpretar la salsa con mucho sabor, emoción y gran sentimiento. Y no necesariamente tienen que ser improvisadores. El maestro Willie Rosario decía que un sonero tenía que tener capacidad de improvisar, pero también añadir su energía y su interpretación para complementar a la banda. Por respeto no voy a decir nombres, pero hay muchos grandes cantantes que no eran necesariamente soneros.
Con 40 años de carrera y más allá de la música, también le ha tocado hacer teatro, escribe columnas en un Primera Hora (diario de Puerto Rico). ¿Qué siente que le falta hacer?
Me ha tocado hacer de todo un poquito. He disfrutado mucho de las oportunidades que me han dado y me gustaría hacer teatro fuera de Puerto Rico, solo lo hice en mi país. Me gustaría ir a los lugares que visito y también hacer teatro, para que vean mi otra faceta. Pero agradezco mucho a la música porque ha sido un vehículo para todo lo que hago.
¿Qué es lo que veremos el sábado en “40 y Contando”?
Cada concierto, a pesar de que tiene el mismo hilo conductor de los 40 años, también tiene su propia personalidad en cada lugar. Hay canciones que se cantan en todos los sitios y, a veces hacemos cambios por el tipo de foro, en este caso estamos hablando de un lugar abierto (Jockey Club), en el que la energía de la gente hay que mantenerla. Y de eso nos encargaremos con los muchachos, compartiremos algunas canciones, con una orquesta buenísima de músicos puertorriqueños que me vienen acompañando desde hace 30 años. Todo esto para que la gente tenga un rato ameno. Creo que vamos a tener una bonita noche y estamos muy contentos de volver a Lima, una ciudad de un país que se ha convertido en un aliado de esta música.
Y con un público peruano que es muy salsero…
Ufff, sí lo es. Al principio, cuando yo llegué a Perú, para mí fue una gran sorpresa. Yo no conocía del historial salsero que tiene el Perú. Por eso desde que fui la primera vez, he estado yendo año a año, cosa que me encanta.
Le ha tocado vivir distintas etapas de la producción musical: desde los vinilos hasta los formatos digitales. ¿Se siente más cómodo con alguna de estas?
Yo soy vieja escuela, musicalmente me desarrollé con los primeros formatos. Estoy aprendiendo todo el asunto digital. Creo que hay un grupo de fanáticos de la música que nos gusta tener el disco físico. Pero hoy en los nuevos tiempos la gente prefiere lo otro. Antes esperábamos la fecha en que saliera el disco para escudriñar en él, para saber qué había más allá del corte promocional. Ahora a alguna gente solo le importa el single. Si fuera por mí yo prefiero el formato del disco, ese juego sabroso de que salió el sencillo, la gente esperando el disco varios meses, eso me gustaba más. Pero también hay que entender que los tiempos cambian y hay que aprender a cambiar con el tiempo.
Y cuando el público se preocupa más por grabar con el celular que de disfrutar los momentos de un show, ¿cómo se siente, es algo que le incomoda?
Bueno, incómodo no me siento. Pero la realidad es que, y esta es una opinión muy personal, se pierde un poco la magia, porque si alguien está en Barranquilla viendo lo que pasa en Lima, pues cuando vaya al show a Barranquilla, lo que va a pasar es que el show ya lo viste. Esa magia, ese misterio interesante de un espectáculo, creo que se pierde un poco. Pero a mí no me molesta, yo los veo y sé que también tienen el deseo de guardar ese momento que están viviendo.
Fuente: El Comercio / Perú / GDA