¿Puede un pequeño carro construido con Lego Technic ganarle a un Porsche 911 en una empinada pendiente y a motor parado? La respuesta a esta pregunta la tiene este interesante vídeo en el que se puede ver, una vez más, a la física en acción.
Hay que empezar reconociendo que Lego no juega muy limpio. El 911 no enciende sus motores en ningún momento, pero se trata de que la competición sea mínimamente equilibrada para que tenga gracia. Ambos parten en punto muerto desde lo alto de una cuesta en un garaje.
Como se puede apreciar, el carrito de Lego rápidamente toma la delantera, aunque el vehículo real no tarda en ponerse a su altura. Al final, el pequeño bólido se lleva la carrera por muy poco ¿Cómo es posible?
La explicación se debe a varios factores. En el vídeo hablan de la diferencia de masa entre ambos objetos, pero el factor más determinante es la inercia rotacional, o sea, la fricción que necesitan las ruedas para ponerse en marcha y que, en este caso, beneficia al carro con las ruedas más pequeñas, que es el que primero alcanza su máxima velocidad. Si la cuesta fuera más larga, el Porsche acabaría adelantando necesariamente a su rival de juguete. Poco le falta, de hecho. La diferencia es proporcional, pero muy pequeña.
Fuente: GIZMODO