Hoy se conmemora el onceavo aniversario luctuoso de Celia Cruz, “La reina de la Salsa” quien durante décadas llenó de ritmo a los latinos alrededor del mundo y con su singular “¡Azúcar!” llevó su música a todos los rincones del mundo.
Celia Caridad Cruz Alfonso, se distinguió por ser una mujer alegre y con un carisma que pocos poseen. Desde los 14 años demostró su pasión por la música, cantaba en concursos de canto para aficionados en La Habana.
En 1950 conoció al empresario Alberto Sotolongo, quien la buscó porque quería que cantara con la Orquesta Sonora Matancera, debido a que la vocalista anterior había decidido retirarse. En su etapa con la Matancera, protagonizó algunos de los capítulos más gloriosos de la música afrocubana, grabando una cantidad de temas legendarios como Yembe laroco, Yerbero moderno, Burundanga y Caramelo.
A fines de los años 50, La Sonora Matancera era la orquesta más popular de Cuba, la dimensión de esta alianza rebasó las costas y fronteras de su isla natal y exportó su talento al mundo. Como integrante del grupo, Celia conoció a Pedro Knight, uno de los dos trompetistas de la agrupación, con quien inició una relación amorosa que culminó en un matrimonio de 42 años.
El 15 de julio de 1960 dejó Cuba por no estar de acuerdo con el régimen socialista de Fidel Castro, quien asumió el poder el 1 de enero de 1959, y al llegar a Estados Unidos en calidad de exiliada, siguió haciendo historia. En 1965, la artista culminaría una etapa vertiginosa de 15 años con La Sonora Matancera, en ese lapso grabó con las orquestas de René Hernández y Vicentico Valdés. A finales de esta década adoptó la nacionalidad estadunidense, y en 1966, Celia y Tito Puente iniciaron una asociación que editó cinco álbumes musicales, logrando despertar el interés del público anglo y europeo por la música latina, fenómeno que en los 70 llegó a conocerse como el “boom” de la salsa.
En los años 90 recibió el Premio Éxito de Vida de la Institución Smithsonian, la Medalla Presidencial en las Artes, de Colombia, y el Premio Éxito de Vida de los prestigiosos Hispanic Heritage Awards; además, la ciudad de San Francisco declaró el 25 de octubre de 1997 como El Día de Celia Cruz en San Francisco. En 1992 incursionó en el mundo de la actuación con los actores Armand Assante y Antonio Banderas en la película “Los reyes del mambo”, y en 1997 repitió como actriz en la telenovela mexicana “El alma no tiene color”.
En 1994 recibió de manos del presidente de Estados Unidos, William Clinton, el National Medal of Arts, el más alto honor que ese país concede a las artes, en una ceremonia en la Casa Blanca. En 2000, la revista “Billboard”, la publicación más importante de la industria musical, le rindió un tributo especial por sus 50 años de carrera. En este año también ganó el primer Grammy Latino por Mejor Álbum de Música Tropical. Un año después fue nominada de nuevo a otro Grammy Latino, y en 2003, la guarachera más feliz del mundo siguió recibiendo homenajes y honores.
Celia Cruz se dedicó a ayudar a los demás, y en el verano de 2002 su compañero de toda la vida, Pedro Knight, y su representante Omer Pardillo realizaron uno de los sueños más preciados de la intérprete: crear la Fundación Celia Cruz. El propósito es proveer ayuda financiera a personas de bajos recursos que deseen estudiar música, además de asistir económicamente a víctimas del cáncer.
La cantante, quien trascendió más allá de la música tropical y se transformó en un icono de la cultura latinoamericana, murió el 16 de julio de 2003 en su hogar de Fort Lee, en Nueva Jersey, a consecuencia de un tumor cerebral del que había sido operada en noviembre de 2002. Junto a ella se encontraba el trompetista Pedro Knight, con quien convivió más de cuatro décadas y con quien recién había celebrado su aniversario de bodas. En 2005, se presentó durante algunas semanas en el Off Broadway New World Stage, en Nueva York, la obra de teatro “Celia: La vida y música de Celia Cruz”, protagonizada por la cubana Xiomara Laugart y el puertorriqueño Modesto Lacún, como su esposo Pedro Knight. En ese mismo año el Museo Nacional de Historia de Estados Unidos inauguró la exposición “¡Azúcar!”, con fotografías de momentos memorables de la vida de Celia, documentos personales, vestidos, videos y música.
En 2012, en Nueva York, con motivo del noveno aniversario de la muerte de la cantante, se llevó a cabo un concierto en el que se evocó el legado musical que durará por muchos años. Ese mismo año se editó el álbum triple Cuba, la antología, el cual fue una recopilación de 36 temas con las voces y grupos más representativos de Cuba, consideradas joyas musicales a nivel mundial. El material contiene temas como Ven Bernabé, De Cuba a México, Nostalgia habanera y La Cuba mía, este último con la colaboración de Lucrecia y Andy García. También incluye temas de exponentes musicales como Dámaso Pérez Prado, Compay Segundo, Omara Portuondo, Buena Vista Social Club, Eliadez Ochoa, Beny Moré y Vicentico Valdez, entre otros.
Fuente: Ritmoson, Uno Santa Fe