En Alemania, un experimento con la semana laboral de cuatro días bajo el modelo “100-80-100” (salario completo por 80% de jornada) ha mostrado resultados prometedores.
Un 73% de las empresas participantes planean mantener la jornada reducida tras el periodo de prueba, reportando niveles similares o incluso mejores de productividad.
Además, los empleados experimentaron mejoras en su bienestar, reportando menos estrés y más tiempo de descanso.
Este éxito plantea la posibilidad de una mayor adopción de esta estructura laboral, impulsando un balance positivo entre trabajo y vida personal en el país.