Un apagón informático paralizó la Bolsa de Tokio, afectando el 8.5% de las operaciones bursátiles globales y causando caos entre los inversores.
El problema surgió de una falla en el sistema central, dejando a los operadores sin acceso a datos cruciales.
A pesar del pánico inicial, la Bolsa de Tokio actuó rápidamente para restaurar las operaciones.
Sin embargo, el incidente resaltó la vulnerabilidad de los sistemas tecnológicos en el mundo financiero.
Mientras tanto, los expertos están investigando para evitar futuros apagones.
Este suceso es un recordatorio de la importancia de la resiliencia tecnológica en los mercados globales.