Entre la premura que tienen los pasajeros por subirse a un articulado, se embarcan al primero que encuentran en la terminal Río Daule. Al abordar se percatan que este tiene sus ventanas cerradas y cuenta con aire acondicionado.
Este nuevo servicio lo habilitó desde diciembre pasado la Fundación Metrovía. Sin embargo, la inversión la realizaron los transportistas para mejorar el servicio.
En total son cinco buses de 15 metros de largo, tres menos que los articulados, que tienen capacidad para transportar a 120 personas durante las horas pico y llegan hasta la parada IESS. De allí retornan a la terminal Río Daule.
En todo su circuito el bus hace solo seis paradas. Federico von Buchwald, presidente de la Fundación Metrovía, explicó que estos buses podrían detenerse en más paradas de manera paulatina.
Fuente: ELUNIVERSO