Con un suéter rosado y grandes anteojos, ‘Cindy sin dientes’ se ha convertido en una sensación musical en el transporte público colombiano.
Cuando la música comienza a salir de su altavoz portátil, la mujer de 69 años se convierte en una prolífica rapera cuyas rimas hacen reír a los pasajeros del Transmilenio, el sistema de autobuses públicos de Bogotá, atestado y azotado por el crimen.
El apodo de Marlene Alfonso — ‘Cindy sin dientes’ — se debe a que, efectivamente, no tiene la mayoría de sus dientes y no puede pagarse una dentadura postiza.
Alfonso es una de decenas de inmigrantes venezolanos que se ganan la vida a diario en el transporte público capitalino, vendiendo productos como bolígrafos o actuando a cambio de unas monedas.
Su avanzada edad, sus letras graciosas y su atuendo inusual le han ayudado a destacarse. Se ha convertido en una inspiración para un grupo de inmigrantes que en su mayoría ha sido bienvenido en Colombia, pero que también ha sufrido recientemente de discriminación y ataques xenófobos.
Fuente: AP