Entre 16 concursantes a la corona de Reina de Guayaquil, Belén Cedeño de 19 años, fue proclamada como la nueva soberana. En una ceremonia llena de aplausos y expectativas por conocer quien reemplazaría a la guayaquileña Andrea Torres, el jurado escogió a Cedeño como Miss Sonrisa, y posteriormente como una de las finalistas al reinado.
La ganadora lució un brillante vestido rojo que gustó al jurado, y con el que fue proclamada ganadora la noche de este sábado 3 de octubre. En la ronda de preguntas, se refirió acertadamente a la igualdad de oportunidades laborales, cuya respuesta generó la aclamación de todo el público. El certamen se realizó en el Teatro Centro Cívico, previo a las festividades por la Independencia de Guayaquil que se celebra cada 9 de octubre. El evento estuvo amenizado por dos artistas ecuatorianos. Primero subió al escenario el cantante David Cañizares con el tema “Nadie se muere de amor”. Casi al finalizar de la jornada, el quiteño Juan Fernando Velasco impresionó a los asistentes con la melodía cantada en vivo “Te pido por favor”.
Entre las ganadoras, también fue escogida como virreina de Guayaquil Amar Pacheco de 19 años. La Estrella de Octubre fue alcanzada por Franchesca Hidalgo, de 20. Primera, segunda y tercera finalista, fueron elegidas Giomar López (22), Melba Terán (20), y Cinthya Zambrano (24), respectivamente. Con esto, el reinado de Guayaquil cumplió su edición número 59, organizado por el Municipio local.
El certamen estuvo conducido por cuatro exreinas del Puerto Principal: Mariana Calderón (2009), María Fernanda González (2011), Romina Zevallos (2012), y Gisela Gómez (2013). Además, la reina saliente condujo un segmento del programa, luego de contar las actividades y compromisos sociales que adquirió durante su reinado.
A la gala llegó la vicealcaldesa de Guayaquil, Doménica Tabacchi, quien entregó flores a la ganadora.
Las candidatas se prepararon durante 4 meses para alcanzar la corona, tiempo en el que recorrieron más de 15 organizaciones de ayuda social y fueron vinculadas al trabajo comunitario.
Fuente: El Comercio