En Inglaterra dicen que Jefferson Montero es “informativamente sexy”

Los periodistas hablamos hasta por los codos de Eva Carneiro, la bella (si no lo fuera muchos de mis colegas apenas la nombrarían) médica del Chelsea FC, castigada por hacer demasiado bien su trabajo, y también de Sergio Agüero, que sembró el espanto en la defensa del club de Londres, derrotado 3-0 por el Manchester City en el estadio Etihad.

Tanto la doctora gibraltareña como el delantero argentino son informativamente “sexy”: ella por ser una mujer que trabaja en un ámbito decididamente machista y excluyente, él porque ha tocado una fibra sensible de los aficionados, con goles, habilidad y elegancia.

Pero esta semana el panorama informativo también ofrece un tercer protagonista informativamente sexy (o que debería serlo): el ecuatoriano Jefferson “Turbina” Montero.

Varios comentaristas han destacado las virtudes del winger del Swansea City; uno de ellos, Tony Cascarino, del Times, dice que es el mejor jugador en su puesto de la Premier League y que los clubes ricos lamentarán no haberlo valorado cuando podían negociar su ficha.

El problema de Montero es que juega en un equipo modesto de Gales (región donde el fútbol es menos importante que el rugby) y que su nacionalidad no atrae a los editores que por rutina sólo se emocionan con brasileños, argentinos, uruguayos o colombianos.

(Son cuatro los ecuatorianos que juegan en la Premier League: Montero en Swansea, Antonio Valencia en el Manchester United, Enner Valencia en el West Ham y Juan Carlos Paredes en el Watford)

Tampoco le ayuda, en el plano del “sex-appeal informativo”, su carácter reservado y su falta de inglés, que lo aíslan de sus compañeros, pero es de lo más elocuente con la pelota en sus pies.

En el primer partido de la temporada, el empate 2-2 con el campeón, Chelsea, Montero sacó de quicio a Branislav Ivanovic, y en el segundo, ante el Newcastle United, que el Swansea ganó 2-0, el ecuatoriano angustió tanto a Dary Janmaat que el holandés fue expulsado a los 40 minutos: le cometió cuatro faltas, entre ellas dos agarrones castigados con amarillas.

Turbina fue identificado oficialmente como el mejor jugador ante el Newcastle.

Montero llegó al Swansea City la temporada pasada, procedente del Morelia mexicano; su ficha fue de US$ 5 millones, una ganga doblemente atractiva si la comparamos con la pila de millones que Mario Balotelli le costó al Liverpool.

El regate de Turbina Montero, favorecido por su corta estatura (1,70m), es uno de los más diabólicos de la Premier League.

Él personalmente valora su espíritu de sacrificio y su esfuerzo: “Estaba destinado a trabajar en las plantaciones de banano; también me hicieron el mismo tratamiento para crecer que le hicieron a Messi”, dijo el año pasado al Daily Mail.

En cuanto a los otros protagonistas del fin de semana, conviene señalar que Eva Carneiro ni siquiera estuvo en el estadio Etihad, aunque su “presencia” se hizo notar.

No hizo falta tener un diploma en “comprensión del juego de fútbol”, emitido por la Universidad Mourinhiana de Setúbal, para entender que Gary Cahill y Diego Costa necesitaban atención médica: ambos sangraban, el primero por un puñetazo de su compañero Asmir Begovic y el delantero por un codazo de un adversario, Fernandinho.

De modo que allí salieron, médico y kinesiólogo… Y fueron recibidos por un estruendoso “Eva Carneiro, Eva Carneiro” de la tribuna local.

Algunos de nuestros colegas ingleses creen que de ahora en adelante “Eva Carneiro” se convertirá en el latiguillo de las hinchadas rivales para hostilizar y, tal vez, desconcentrar al Chelsea y a su entrenador.

(Jon Fearn, el kinesiólogo castigado junto con Eva, no estuvo en el banquillo pero trabajó durante la semana y preparó a los jugadores en el vestuario; la doctora, en cambio, estuvo ausente. Se cree que estaría negociando una jugosa indemnización.)

El constante peligro planteado por Agüero forzó a Mourinho a retirar a su capitán, John Terry, cuya lentitud se está haciendo más evidente este comienzo de temporada.

Esta es la primera vez que el portugués sustituye a su defensor favorito, pero algunos comentaristas leen algo más que un cambio táctico: lo intepretan como un mensaje al club, diciendo “ustedes no me compran jugadores y esto es lo que pasa sin refuerzos”.

Fuente: BBC Mundo