La destacada pesista Lisseth Ayoví recorrió Machala como toda una heroína, recibiendo el cariño de su gente tras su destacada participación en los Juegos Olímpicos.
Pero la sorpresa mayor llegó cuando le entregaron las llaves de su nueva casa, un reconocimiento a su esfuerzo y dedicación en el deporte.
La joven deportista fue recibida con aplausos y admiración mientras compartía su felicidad con la comunidad.
Este nuevo hogar no solo simboliza su éxito en la halterofilia, sino también un nuevo comienzo para seguir persiguiendo sus sueños y dejando huella en el deporte ecuatoriano.