Lady Di fue una de las integrantes más queridas de la realeza británica. Es hasta hoy que muchos ciudadanos la recuerdan con cariño por su carisma, su transparencia, su bondad y su hermosa sonrisa. Pero hay algo que no pudo contra la formalidad y los modales que tenía la princesa de Gales.
Lo que Diana de Gales no pudo evitar en los años en que el entonces príncipe Carlos le era infiel con Camilla Parker Bowles, es ponerle un apodo a la mujer que se había enamorado de su esposo. El sobrenombre fue escuchado por un guardia de seguridad de Lady Di y se refiere a una raza de perro.
La madre de los príncipes William y Harry siempre fue muy correcta. Gran parte del cariño de la gente se debió a su manera protocolar de tolerar sus problemas ante la prensa e internamente, a pesar de los conflictos que se vivían dentro de la familia real y en su vida matrimonial. Pero nunca evitó llamar “Rottweiler” a Camilla Parker Bowles.
Para el personal de seguridad de la princesa de Gales era bastante grotesco escuchar el apodo, por la inevitable comparación inmediata que se puede hacer entre la raza de perro y la actual reina consorte de Reino Unido. En primer lugar, Lady Di habría elegido ese sobrenombre despectivo porque la amante de Carlos III no era tan agraciada, según los estándares de belleza de ese entonces.
En segundo lugar, Diana Spencer llamaba así a Camilla porque dicha raza de perro se caracteriza por tener una cabeza y mandíbula prominente y muy grande. Esto hace que cuando el animal agarra una presa, no la pueda soltar tan fácilmente. Esta comparación se debió a la percepción que tenía la princesa en ese momento, cuando todos sabían (y ella misma lo había visto) que Parker Bowles no tenía problemas en mantener una relación amorosa con Carlos III, a pesar de estar casado.
Fuente: El Universal