Era 1982 y Hector Lavoe estaba en lo más fino de su carrera. Acababa de hacer dúo con su Willie Colón en varios discos y ya estaba tomando cada vez más impulso la leyenda de uno de los cantantes que marcó el género de la salsa, no por nada lo llamaron siempre “La voz”.
Héctor Juan Pérez Martínez, más conocido como Héctor Lavoe llegó a Cali a “descansar” de su rutinaria vida en Nueva York, rutinaria porque su trabajo estaba en la Fania y su puesto estaba más que asegurado, por lo que decide realizar una gira por Colombia, aterrizando en la discoteca Juan Pachanga, propiedad del dudoso empresario Larry Landa (César Agredo), quien le invitó a pasar una temporada en la ciudad y a cambio cantaba en las madrugadas en el establecimiento. En ese momento, Alfredo de la Fe y otros músicos le acompañaron en la tarima, quedando una gran historia detrás de su figura.
Casi que podemos decir que esta parte de su vida, fue lo que más lo unió a Colombia y a su gente. Pasaba horas tarareando canciones, haciendo pregones y consumiendo diversos tipos de drogas.
El salsero vivió en Cali entre octubre de 1982 y enero de 1983, casi tres meses que se consumieron en rumba, licor y drogas. Durante este tiempo alcanzó a conocer algunos de los ritmos colombianos y a varios de sus grandes amigos, por lo que en sus pregones era muy común que nombrara a la ciudad y los amigos que dejó en la Sultana del Valle.
Ya había Lavoe hecho una canción con arreglos de un colombiano, Francisco Zumaqué y de pronto por esta clase de cercanía musical y de estar en tantos lugares al tiempo, en algún momento le llegó a su cabeza la poesía de Reynaldo Armas con su canción “De qué tamaño es tu amor” y sin pensarlo mucho contactó al autor, le pidió autorización y la incluyó en su disco de 1985 “Reventó“, del cual podemos destacar sus cortes “La fama“, una bella descripción de lo que es la vida de un artista; “Cáncer“, junto a Ricardo Ray en el piano; y “La vida es bonita” que a su vez es un cover de “O Que é, O Que é?” de Gonzaguinha. Además, siendo este uno de sus trabajos más curiosos, el cantante hace hasta un merengue: “Porqué no puedo ser feliz”.
Tal vez por estar tan cerca de Colombia y haber recorrido tantos países en tan poco tiempo, hizo que el panorama musical de Lavoe se abriera de forma que intentara conocer e interpretar a artistas de otros géneros, de otros países, de nuevas sonoridades que estaban surgiendo y que le estaban llegando.
Lo que nunca se imaginó el venezolano Reynaldo Armas es que su canción iba a ser uno de los coros más conocidos del cantante de los cantantes y que además, hiciera parte de la leyenda que era en vida y luego de su fallecimiento en 1993.
Fuente: Estereofonica