Ciento veinte días de investigación fiscal y 15 días de audiencia por el delito de asociación ilícita relacionado con actos de corrupción cometidos por Odebrecht en Ecuador terminaron ayer para el vicepresidente sin funciones, Jorge Glas, con una sentencia de seis años de reclusión menor ordinaria.
Con una lectura de resolución de menos de 44 minutos, el Tribunal de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) condenaba al hombre fuerte de los sectores estratégicos del gobierno del expresidente Rafael Correa. Glas a su ingreso a la sala recibió aplausos y gritos de felicitación de varios de sus seguidores, que fueron advertidos por personal de la CNJ de que si volvían a hacerlo serían sacados de la audiencia.
La sala estaba repleta: familiares de los procesados por un lado, seguidores de Glas por otro y en medio asambleístas de oposición como Ana Galarza y Fabricio Villamar.
El ponente del Tribunal Penal, el conjuez Édgar Flores, explicaba que entre las conclusiones a las que habían llegado sobre la participación de Glas estaba el que los actos ejecutados por él fueron “principales para la consumación del delito de asociación ilícita”.
Resaltaba que Glas en su calidad de servidor público: presidente del Fondo de Solidaridad, ministro Coordinador de Sectores Estratégicos y vicepresidente, y en asocio con José Santos, representante de Odebrecht, articuló la concesión de contratos públicos en sectores estratégicos a cambio del pago de retribuciones económicas no previstas ni dispuestas legalmente.
Estos pagos ilegales, según el Tribunal, principalmente se habrían hecho en relación con cinco proyectos: Hidroeléctrica Manduriacu, Refinería del Pacífico Movimiento de Tierras, Trasvase Daule-Vinces, Acueducto La Esperanza y Poliducto Pascuales-Cuenca.
Para decidir, el Tribunal había evaluado el testimonio anticipado de Santos, las asistencias penales de Estados Unidos y Brasil, el testimonio de Alexis Mera, exsecretario jurídico de la Presidencia, y la prueba documental del proceso precontractual y contractual de los cinco proyectos sobre los que Glas, dijo el Tribunal, “tenía responsabilidad política conforme decreto ejecutivo y sobre los que tenía el dominio del curso de los mismos”.
Seguidores de Glas soltaban en llanto al escuchar la decisión. En voz baja, pero desafiante, aseguraban que esta es una sentencia política y una injusticia con un “héroe”.
El Tribunal consideraba como circunstancia agravante al delito, el que fue cometido por Glas prevaliéndose de su condición de autoridad. Además los jueces concluían que al haberse cometido este delito como medio para cumplir otros, podrían haberse dado delitos como peculado, concusión, cohecho, enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, delincuencia organizada. La condena para Glas también fue acompañada del retiro de los derechos civiles del procesado y de una reparación material a pagar entre los ocho sentenciados.
“Por la naturaleza del delito y habiéndose verificado la presunta perpetración de otros delitos tales como peculado, concusión, cohecho, enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, lavado de activos, testaferrismo, que han afectado el patrimonio del Estado en el orden de $ 33’396.116, se dispone el pago de esta suma por los sentenciados”, concluyó Flores. Una vez que terminó la lectura, los seguidores de Glas volvieron a gritar que su líder era inocente y entre llantos calificaban de “traidor” al presidente Lenín Moreno, a quien señalaban como el responsable de esta condena.
Glas, mientras se levantaba de su silla y era escoltado por su guardia, únicamente se limitó a decir que apelará.
Fuente: El Universo