El jugador del Girondins de Burdeos, Thomas Touré, sufrió un accidente poco usual en una cancha de fútbol.
Las partes íntimas de su cuerpo fueron vistas por miles de personas a través de la televisión y lo peor del caso resulta ser que no fue responsabilidad de ningún jugador del cuadro oponente. La culpa fue del propio Touré que tropezó consigo mismo. y se fue deslizando por el césped hasta mostrarse tal cual Dios lo trajo al mundo.
Para algunos podrá ser una verguenza y para otros, esto de mostrar, puede convertirse en una virtud. ¿Quién sabe?
Fuente: Yahoo