El planeta Tierra tiene un escudo natural contra los meteoritos

Es sabido que nuestro planeta recibe a cada momento diferentes impactos de objetos espaciales, como fragmentos de asteroides que en menor o mayor medida representan cierto peligro para nosotros, y esto se debe gracias a un escudo protector que tiene la Tierra.

Gracias a esta protección, una gran cantidad de estos fragmentos a menudo explotan antes de alcanzar la superficie, y a pesar de los conocimientos de la actualidad no se sabía a ciencia exacta por qué sucedía esto. Fue así que un grupo de investigadores encabezados por el profesor Jay Melosh decidió estudiar la caída del meteoro de Chelyabinsk, en Rusia,

En el año 2013, un cuerpo meteórico de aproximadamente 790 pulgadas de diámetro, explotó sobre la provincia rusa liberando aproximadamente una energía de 500 kilotones, lo que significa una potencia treinta veces superior a la bomba nuclear de Hiroshima.

Dicha explosión se produjo a unos 95,144 pies de altura. Pese a que el tamaño del asteroide superaba las 10,000 toneladas, el fragmento más grande que se logró recuperar tras el impacto era de 1,433 libras únicamente.

Gracias a la utilización de un programa que permite incorporar una ecuación, tanto del material sólido que formaba el objeto como los fluidos a su alrededor, se pudo saber que cuando un objeto se precipita hacia la Tierra, el aire a alta presión que se encuentra frente a él se filtra en sus poros y grietas, separando el cuerpo del meteorito para hacer que pueda explotar.

Mediante este simulador, los científicos introdujeron aire en el cuerpo espacial para que se pudiera filtrar, y por consecuencia esta acción logró reducir significativamente su fuerza.

“Habíamos estado buscando algo así por mucho tiempo. La mayoría de los programas que usamos para simular impactos pueden tolerar múltiples materiales, pero luego realizan un promedio. En este caso pudimos tener en cuenta todos los materiales diferentes y llevarlos a un cálculo más eficaz” declaró Melosh en el artículo publicado en Meteoritics & Planetary Science.

El artículo planteó que el mecanismo de acción de nuestro planeta en contra de estos “visitantes” puede funcionar de manera efectiva con los más pequeños, por lo que es probable que los más grandes no reaccionen de la misma manera, como sucedió precisamente en Rusia.

Fuente: El Nuevo Día