4 factores a considerar antes de embarcarse en una deuda

Gerardo Briones aspira este 2015 a adquirir un préstamo hipotecario para comprar una vivienda y así dejar de pagar arriendo en los próximos dos años, cuando termine de cancelar la entrada del inmueble.

Cuenta que tiene un trabajo estable y un salario que le permite hacer un préstamo al Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social por unos $ 30.000 para una casa en el noroeste de Guayaquil, pero refiere que teme arriesgarse a asumir esa deuda por la incertidumbre ante los anuncios de que este 2015 será un año difícil por el escenario económico que se prevé.

Analistas en materia económica y financiera consultados advierten que la caída del precio del petróleo incidirá en una menor inyección de recursos públicos y que habrá un menor ingreso de dólares a la economía nacional, que podría también afectar a las empresas.

Gerardo, quien lleva seis años laborando como supervisor en una empresa de servicios, refiere que en su lugar de trabajo se han advertido sobre “tiempos difíciles” en los que, de ser necesario, se optimizarían recursos y personal.

Pero ¿hasta qué punto Gerardo puede arriesgarse a embarcarse en una deuda a largo plazo?

Los expertos económicos hacen cuatro recomendaciones para asumir deudas prudentes y que se ajusten a la realidad de cada ciudadano.

Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, explica que es importante revisar el nivel de endeudamiento de la familia, pues, dice, que es recomendable no asumir una nueva deuda si ya se ha comprometido la tercera parte del total de los ingresos familiares.

Además, indica que cada trabajador debe hacer un análisis real de su estabilidad laboral, porque este año, por temas económicos, podrían haber empresas que se vean obligadas a reducir personal o a armar estrategias en caso de que se presenten complicaciones.

El analista económico Vicente Albornoz refiere que endeudarse no es malo, pero precisa que, de acuerdo con la situación de cada familia, es necesario que los trabajadores prioricen sus gastos.

Explica que hay casos en los que la deuda puede ser vista como una inversión, como la adquisición de casas, que están lejos de ser otros bienes o gastos suntuarios.

Agrega que si decide no embarcarse en una deuda a corto plazo, puede ir creando “un colchón de ahorros” para contar con recursos propios a mediano o largo plazo.

Fuente: ELUNIVERSO